8/11/2010

Algunas notas sobre 2211 DÍAS EN LIMA


VÍCTOR CASTRO ELABORA ESCULTURAS CON MATERIALES POCO CONVENCIONALES

El arte de recolectar

10 de Agosto del 2010

LIMA | Para comunicar una idea no es necesario ser un gran orador, sin palabras también se pueden decir grandes cosas. El arte, por ejemplo, es un medio para transmitir pensamientos y crear conciencia social, si eso es lo que se desea.

Víctor Castro, un escultor mexicano, quizá nunca se imaginó que su afán por juntar materiales poco convencionales para realizar su trabajo lo llevaría a recibir el calificativo de "artista recolector" y ganar el Premio Nacional Ciudadanía Ambiental 2009 con su obra: "Escultura social, soy un recolector".

Trabajo colectivo. Castro considera que su trabajo con el reciclaje y la idea del cuidado del medio ambiente surgieron accidentalmente. "Ni soy ecologista, ni soy reciclador, soy un escultor que usa materiales que la gente considera basura. Pienso que son elementos y formas que tienen muchas posibilidades creativas y estéticas", explica Víctor, quien de botellas, tapas, piedras y hasta envolturas de chocolate hace piezas de arte.

Uno de los proyectos que le dejó mayor satisfacción fue "Escultura social, soy un recolector", porque involucró a mucha gente. "Fue un proyecto muy interesante para mí porque abarcó todas las clases sociales, todos los sectores y a personas de todas las edades. No era sólo yo sino todo un grupo gigantesco de gente interesada en un mismo objetivo" Para juntar el material (millones de tapitas de plástico) estableció "Los sábados recolectores", donde la gente que le entregaba sus tapas se enteraba del proyecto y además reflexionaba sobre el cuidado del medio ambiente. Todo surgió de forma instantánea.

"Mi trabajo se debe plenamente al entorno, tanto a la gente que me rodea como a las cosas que consumen y desechan, de ahí aparecen los proyectos y su magia: las redes recolectoras", afirma Víctor, quien en ningún momento de su trabajo deja de disfrutar artísticamente, y si eso lo puede combinar con alguna reflexión, como el caso del medio ambiente, él no lo rechaza.

Silvia Quispe Ramírez squispe@epensa.com.pe

Fotos: Omar Lucas oarapa@epensa.com.pe

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Domingo 08 de agosto

VÍCTOR CASTRO. ARTISTA
Objetos en busca de forma

Sus esculturas surgen de materiales reciclados para fines no utilitarios

Con su muestra 2211 días, el creador mexicano resume sus 6 años en Perú


Estilo. Castro da mayor importancia a las formas de la escultura, no a los materiales.
Miguel Ángel Vallejo S.

Si bien con el inodoro de Duchamp convertido en una pieza artística surge el arte moderno, la idea de re-utilizar materiales tiene en sí múltiples matices. Víctor Castro (México, 1974) trabaja con materiales como botellas, plomo, maderas y demás piezas recicladas, pero en este estilo ha habido variaciones sustanciales.
Curada por Jorge Villacorta, su exposición 2211 días marca una despedida con nuestro país, pues viajará de retorno a México luego de seis años, y surge como un balance de su obra. Incluye piezas de varias exposiciones realizadas en Lima, unas 70 de entre las 210 que realizó, en varios formatos y soportes.
Alrededor de sus esculturas coloridas, con títulos como “No manto” o “No quipu”, o aquellas que semejan gotas de plomo hechas con las mismas gotas de plomo, se percibe que lo importante es la forma, no el material. La armonía de las composiciones es la experiencia estética principal, que se combina con el soporte.
“En Lima conseguí mi madurez absoluta”, afirma Castro, al referirse a sus trabajos como escultor. Y es que las exposiciones que realizó en España (donde estudió un posgrado en estudios museográficos) y México surgían de “perseguir las piezas que aparecían en el camino”, como maderas; luego empezaron a crecer porque sus amigos recolectaban materiales para él.

En comunidad
A su llegada a Lima, lanzó una convocatoria para recolectar materiales, para una muestra en la galería Punctum en 2005. “Pedía a cada persona que me diera una tapita, pero luego eso cambió cuando me percaté de que era un trabajo en grupo. El trabajo pasó del singular al plural”, afirma Castro. Así, para las siguientes exposiciones el discurso cambió a “por favor, bríndenos su tapita”. E incluso para la muestra 121 contenedores, en 2009, se hizo un trabajo con colegios y voluntarios recogiendo materiales reciclados. “Si la gente no ve el proceso, es muy difícil que se dé cuenta del mensaje”, explica el artista.
Sin embargo, no se considera un artista ecologista cerrado: “Mis objetos no tienen un uso utilitario, son piezas de arte. El reciclaje es para crear otros objetos útiles. Además trabajo con plomo”, explica.

Este propósito didáctico fue el motivo que trajo a Castro al Perú, pues trabajó varios años en el Museo de Arte de Lima como especialista en museos y luego pasó al Museo de Arte Contemporáneo dirigiendo los talleres-charlas Arte en tu parque, trabajados con niños. Castro parte de retorno a México en unos días a trabajar en el Museo Tamayo, como curador en educación.

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